martes, marzo 13, 2007

El dia que decidi ser fiel (PARTE I)

La fidelidad es todo un tema. Yo fui infiel una vez, a los 18 años. Y me pillaron. Fue triste. A mi me fueron infiel a los 21 años. Me dolio y fue triste. Con el tiempo he llegado a pensar que es muy dificil ser fiel y sin embargo, cuando tengo pareja, trato de mantenerme en el grupo de los que aun creen que se puede estar solo con una persona a la vez. En fin...

Lo que viene a continuacion es la historia de una fidelidad. Una fidelidad de la que hoy, unos tres años despues, me arrepiento un poco, no lo puedo negar.

Era la primera vez que viajaba a Argentina. El cabezon de mi novio para ese entonces no quiso irse de viaje conmigo porque no tenia plata y el no iba a permitir que una mujer le pagara parte del viaje. Asi que decidi irme sola al sur.

En el aeropuerto, antes de abordar el avion y por encima de las hojas del libro que estaba leyendo, observo que un hombre joven me mira. Me hago la loca. A los minutos, sigue mirandome. Yo me quede con la vista clavada en el libro y con la sensacion de que alli seguian esos dos ojos, sobre mi.

Nos montamos en el avion. Al hombre joven le toco el asiento 14B y a mi el 13B, es decir, el estaba una fila detras de mi. Ni bien nos habian dicho donde estaban las mascaras de oxigeno, el hombre me hablo. Me saludo y me pregunto que si viajaba sola (lo que era obvio), me pregunto el motivo de mi viaje y una que otra pregunta de esas de la primera conversacion. Me conto, sin que yo le preguntara, el motivo de su viaje, a que se dedicaba y otras hierbas mas.

El camino de Caracas a Bogota, nuestra primera parada, fue conversando. Un poco de todo, un poco de nada. Me pregunto que cual era el hotel en el que me iba a quedar en Argentina. Me pregunto sobre mis planes del fin de semana y me dijo que luego de su convencion estaria libre, asi que podriamos planificar algo para vernos por alla por el sur.

Eso paso hace unos tres años. Creo haber sido lo suficientemente cortante como para que el tipo se diera cuenta que yo no le estaba siguiendo la corriente. Y con todo y todo, el siguio siendo muy simpatico conmigo.

Llegamos a Bogota. Me bajo del avion y me siento a esperar. El se me acerca y me ofrece cafe. Le digo elegantemente que no, que gracias. Y se va. Busca su cafe y se sienta a mi lado. Sigue conversando de todo y de nada y me dice en algun momento que no me olvide de pasarle el telefono de mi hotel en Buenos Aires para llamarme. Me hice la loca una vez y mas y llegamos de nuevo al avion.

Apenas subimos, siento que me tocan el hombro. Era el, obviamente. Me paso una servilleta con su nombre completo, telefono de casa, oficina y celular en Caracas, mas el telefono del hotel donde se iba a hospedar en Bs As. Y tambien me paso un boligrafo con una servilleta en blanco para que yo le anotara mis datos. Respire profundamente y anote mi nombre y el telefono del hotel en el que me iba a alojar.

Pasada la noche, llegamos a Buenos Aires. Aterrizamos a las 5 am y al avion tocar tierra me saluda y me pregunta que como pase la noche, que si dormi bien, etc. Yo sonreia educadamente. Entramos al pais, buscamos las maletas y el muchacho tan amable pues se fija si me equipaje llego bien y completo. Al salir, me dice que me puede llevar a mi hotel si lo necesito, pues el tiene chofer. Le digo que no, que me vienen a buscar. Alli termino la conversacion del aeropuerto.

Cuando me registre en el hotel y me encuentro en el lobby preguntando sobre algunas direcciones de la ciudad, me dicen que tengo una llamada. "Que bello mi novio que me llama para saber si llegue bien", pense ilusoriamente yo. No, era el hombre del aeropuerto y del avion, me queria avisar su numero de habitacion y queria saber si yo habia llegado bien. Aprovecho para pedirme que lo llamara y que acordaramos en encontrarnos para el fin de semana.

Al dia siguiente de haber llegado a Argentina, bote la servilleta en la que el venezolano me habia escrito sus datos. Opte por mantenerme cauta, impoluta, fiel al 800%. Nunca mas supe del tipo. No me volvio a llamar. Con el paso del tiempo, se me olvido el nombre de ese hombre del aeropuerto y del avion, lastimosamente.

Hace una semana que volvi al Sur me acorde de el mientras esperaba el avion. No aparecio. Esta vez no lo dudaria y lo llamaria no una, sino un par de veces al menos.

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