miércoles, marzo 31, 2010

Cómo entrenar a tu dragón

Cómo entrenar a tu dragón
"Cuando yo cambio, mi alrededor también lo hace"

Desde hace tiempo ya, las películas infantiles animadas no son tal. Son films para adultos, con temas a reflexionar, historias que dan qué pensar y que además, entretienen.

El caso de la más reciente cinta de Dreamworks, “Cómo domar a un dragón” no es la excepción.

Particularmente me hizo pensar en lo siguiente: “¿Quién soy? ¿Soy quien yo quiero ser o quien los demás esperan que sea?” Y luego, una vez que descubro lo que soy, qué hago con esto: ¿Actúo libremente o me dejo domar por lo que indica el afuera o lo establecido?”

Hiccup es el protagonista. Un niño vikingo, del cual la sociedad vikinga y, especialmente su padre, esperan que actúe de una determinada manera y NUNCA de otra forma. Y él, que obviamente es diferente, tanto por fuera como por dentro.

En un primer momento, solo quiere pertenecer, ser un vikingo más. Matar dragones como hace su padre –líder del pueblo-. Se hace evidente cuando Gobber le dice a Hiccup “Deja de intentar ser algo que no eres”. A lo que el niño responde: “Solo quiero ser uno de ustedes”.

Y para ser uno de ellos, necesita ser como ellos y actuar como ellos. Pero qué pasa cuando descubro que realmente NO quiero ser como los demás, que soy diferente y que mi esencia tiene otro matiz.


Hiccup lo empieza a vivir en su propia piel. En su primer encuentro con el “Rayo nocturno” descubre que ese animal, al que todos le temen tanto, tiene tanto miedo como él mismo. Lo mira y puede verse reflejado en él. Hacen contacto y desde ese encuentro, todo cambia: primero adentro y luego afuera.

Y en estos contactos, es cuando comienzan a caer los paradigmas establecidos. Los Vikingos se habían vinculado con los dragones de una manera determinada, fija, estática. Escribieron libros y guías sobre esta manera ya conocida y que les había permitido subsistir por muchos años. Era “lo correcto”.

Hasta que llega alguien -en este caso un niño-, que prueba algo diferente, prueba hacerlo de otra manera, intenta hacer contacto con estos feroces animales desde otro lugar: conociéndolos y no dando por sentado que vienen a matar y a destruir. Y los cambios no se hacen esperar.

Hiccup va descubriendo quién es verdaderamente. Quién quiere ser y cómo quiere hacerlo, más allá de lo establecido por lo externo y especialmente por su padre. En un primer momento, como en la vida misma, lo difícil parece ser gritar a viva voz su verdad. Sin embargo, cuando es necesario, junta su fuerza y muestra su forma, su manera.


Vale la pena ir al ver la peli, no sólo por lo hermosa, lo bien realizada que está y su música. Vale verla por la historia y por lo que quizá podamos aprender de ella. Para mí se resume en una frase: “Ir descubriendo lo que soy y serlo”, una manera auténtica y genuina de estar en el mundo.

Raiza Ramirez.


El libro de los Secretos



El libro de los Secretos
Cuestión de elección: el tema no es tener, sino qué se hace con lo que se tiene.

Personalmente, me resulta inevitable ver una película sólo con los ojos. Para mí, la experiencia del cine, tiene que ver con todos los sentidos, incluyendo al sexto sentido, al sentido común y al sentido interno o al alma.

“The Book of Eli” es una película para experimentarla con todo. Incluso, aunque el resultado no sea tan hermoso u optimista como quizá desearía.

Si tuviera que resumir en una frase lo que aprendí mirando esta película protagonizada por Denzel Washington y Gary Oldman, escribiría lo siguiente: “Tú y yo podemos tener el mismo instrumento en las manos. La diferencia la marcará lo que cada uno haga con él”.

Denzel Washington es Eli, un hombre que logró sobrevivir a “eso” que destruyó buena parte de la tierra y sus habitantes. Según dice, desde ese momento, han pasado más de 30 inviernos. Eli va caminando hacia el “este”. Nada detiene su paso y ha logrado mantener su existencia a pesar de la escasez de agua, fuego, comida y dinero. El trueque es la forma de pago. Y una cantimplora de agua es un lujo que pocos pueden darse.


Eli es un hombre misterioso, si se quiere. Habla con pocas personas. Vive a la defensiva. Y tiene un libro, uno solo, que lee todas las noches. Es el libro más buscado, pues sólo queda un ejemplar en todo el planeta.

Por su parte, Gary Oldman, interpreta a uno de los pocos hombres poderosos que queda sobre la faz de la tierra. Tiene un bar, armas y agua. Es millonario. Está detrás del libro de Eli, aunque obviamente no sabe que Eli lo posee. El encuentro entre ellos desata el tema central de la cinta.

No deseo contar la historia, ni los reveses de la misma. Solo intento compartir la reflexión. Lo que a mí me hizo pensar.

Hay un solo libro y dos hombres. Hay un solo ejemplar y dos maneras de mirar el mundo y de vivir en él. Uno de ellos, movido por el poder y el tener; y el otro, centrado en alcanzar una meta, en dejar un legado. Dos visiones diferentes, paradójicas si se quiere.

Al final, sin contar lo que sucede en la película, realmente lo que importa no es tener o no el libro, sino lo que se puede hacer con él y lo que decido hacer con él. Allí es donde cada quien es libre de elegir lo que va a hacer con el instrumento que tiene en sus manos.

Raiza Ramírez

jueves, marzo 04, 2010

Preciosa y dolorosa


"El corazón se seca no cuando dejamos de recibir amor, sino cuando dejamos de amar"


Esta frase se me acaba de ocurrir pensando en la película "Precious". La vi hace un par de días y aún creo estar asimilando la fuerte historia de esta joven de 17 años, madre de dos hijos producto de violaciones de su propio padre, a quien su madre maltrata física y emocionalmente, y quien prácticamente no sabe leer ni escribir.

Usualmente la mirada que me acompaña es la sistémica. Me es imposible ver una historia, sin mirar a la familia, sus dinámicas y consecuencias. "Precious" muestra un sistema violento, con maltrato, sin afecto, incestuoso, hombres excluidos, entre otras. Pareciera que el amor no tiene espacio en esta familia.

Ahora bien y paradójicamente, lo que me llamó la atención es la poderosa capacidad de amar que podemos tener los seres humanos, incluso cuando nuestras circunstancias son poco o nada favorables. Como es el caso de Clarissa Precious Jones, quien a pesar de los pesares, como quien dice, aún tiene corazón y amor para sus dos hijos (Mongo y Abudl), para su maestra, para sus amigas del colegio y para sus sueños.

Precious no es una película fácil de ver. Duele o puede doler. Me hizo pensar. Me revolvió el estómago. Me hizo valorar lo hermoso que tengo en mi existencia y quizá, como un consuelo de tontos, saber que mis llamados "problemas" son como una hormiga ante otros hechos mucho más impactantes.

Ver a una mujer que es capaz de creer aún cuando todo a su alrededor resulta hostil es casi una canción de esperanza. Y me hace pensar ahora la misma frase que coloqué al principio de esta entrada: el corazón se seca cuando dejo de amar, no cuando no recibo amor.

Raiza

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