Chile, sus mineros y sus estados de ánimo
desde la mirada Ontológica
Siempre nos encontramos en un estado de ánimo. Nos poseen y nosotros los poseemos a ellos. Nuestros movimientos de vida tienen que ver con esos estados de ánimo.
Según el Coaching Ontológico, nuestras acciones se mueven según el estado de ánimo en el que nos encontramos. Señalan además que no los elegimos, simplemente estamos allí.
Y aunque no elegimos ni controlamos a nuestros estados de ánimo, sí podemos –de acuerdo a la mirada del Coaching- ir modificando los mismos con nuestro accionar y encontrando una posibilidad de hacerlo de otra manera.
El Coaching Ontológico habla de cuatro estado de ánimo: resentimiento, resignación, paz y ambición.
¿Qué los diferencia? ¿Qué los distancia? ¿Cómo sé en cuál estoy?
Hay dos variables que marcan estos estados: lo fáctico y lo posible, por una parte; y la aceptación y el rechazo, por otra. Detallemos lo que se aprecia en la imagen.
Lo fáctico se refiere a esos hechos que NO puedo modificar.
La posibilidad se refiere a esas acciones que SI puedo hacer.
Y luego, como seres humanos nos podemos mover en este espacio de aceptar o rechazar, tanto los hechos como las posibilidades.
A saber y desde la mirada del Coaching Ontológico, me encuentro en RESENTIMIENTO, cuando rechazo lo fáctico. Es decir, cuando no acepto lo que está sucediendo y no puedo cambiar.
Me encuentro en PAZ, cuando acepto lo fáctico. Esto pasa cuando no me peleo con lo que está sucediendo y no puedo cambiar.
Estoy en RESIGNACIÓN, cuando rechazo lo posible. Cuando no acepto o no puedo mirar las posibilidades que existen y que pueden estar a mi alrededor.
Y me muevo desde la AMBICIÓN cuando acepto lo posible. Cuando tomo las posibilidades entre mis manos y desde allí acciono y me muevo.
El caso de Chile y sus Mineros
Al ver el caso de los 33 Mineros de Chile que pasaron 69 días atrapados en la mina de San José y que fueron rescatados, uno a uno, en un esfuerzo conjunto, pensé en este cuadrante de estados de ánimo. E imaginé que tanto los protagonistas de esta historia, como sus familiares y las autoridades vinculadas al caso, seguramente habrán pasado por estos estados de ánimo durante el tiempo que duró la historia.
El 5 de agosto de 2010, según indican los reportes de los medios de comunicación, los 33 mineros quedaron atrapados en su sitio de trabajo luego de un derrumbe. En un primer momento, ni ellos, ni los familiares, ni las autoridades sabían si el rescate podría darse de manera exitosa. Afuera, no sabían si los mineros estaban vivos o no.
¿Cuál podría ser el estado de ánimo de ese momento? Quizá el RESENTIMIENTO. El rechazar o no aceptar un hecho fáctico imposible de modificar. ¿Cómo modificar el derrumbe de la mina? ¿Cómo modificar el hecho de que estos 33 hombres se quedaron atrapados 700 metros bajo tierra?
Ahora bien, ¿Qué pasa si me quedo instalada en el RESENTIMIENTO? ¿Qué pasa si me paralizo en NO aceptar lo que NO se puede cambiar? Desde este estado de ánimo será difícil activar acciones que puedan llevarme a sentirme mejor. Si me instalo allí puede comenzar la desesperanza, en el caso de Chile, tanto para los que estaban encerrados como para los que estaban afuera –familiares y autoridades-.
El primer mensaje del Gobierno Chileno fue “Haremos todo lo humanamente posible para rescatar a los sobrevivientes”. ¿Qué estado de ánimo se puede encontrar detrás de esta frase? AMBICIÓN.
Por una parte, el Presidente Chileno indica que harán “lo humanamente posible”, desde el lenguaje esto habla de accionar desde LA POSIBILIDAD, desde lo que sí puede ser. Y en segundo lugar, habla de “rescatar a los sobrevivientes”. Aquí puede haber un dejo de PAZ (entre líneas), pues en el momento de emitir ese mensaje, aún no se sabía en qué estado de salud se encontraban los mineros y si estaban vivos todos. En la PAZ logro aceptar eso que no puedo cambiar, como por ejemplo, hubiera podido ser el hecho de que alguno de los trabajadores se encontrara lesionado o hubiera fallecido alguno en el derrumbe.
La RESIGNACIÓN pudo hacerse presente de una manera tenue, cuando el 12 de agosto (una semana luego del accidente), el Ministro de Minería expresa que son escasas las posibilidades de encontrar a los mineros con vida. A pesar de las posibilidades (diferentes formas de rescate), las acciones pudieron haberse paralizado por la falta de noticias de los 33 hombres atrapados bajo tierra.
Sin embargo, la AMBICIÓN parece haberse instalado desde el momento en que las autoridades recibieron un mensaje escrito en papel que decía “Estamos bien, los 33, en el refugio”. Ambición tanto para los mineros, como para los familiares y las autoridades a cargo del caso.
A partir de ese momento y hasta el 12 de octubre de 2010, en horas de la noche, cuando el Fénix 2 comenzó a bajar para rescatar a los 33 mineros más famosos y conocidos del momento, la AMBICIÓN sería el estado de ánimo que les permitió a todos los involucrados mover recursos, accionar y generar movimientos que finalizaron en un día completo lleno de emociones, lágrimas, abrazos y éxito.
Esa AMBICIÓN se traduce en ver las posibilidades y accionar en torno a ellas para lograr una meta o alcanzar un objetivo.
Para poder estar en la AMBICIÓN, necesito mirar esas posibilidades, ver lo que SÍ se puede hacer, e incluso buscar otros ojos que me ayuden a mirar (tal y como lo hizo el Gobierno Chileno al pedir ayuda a otros países como Suiza y Estados Unidos).
Para estar en la AMBICIÓN necesito una meta que, en este caso, estaba muy clara: rescatar a los 33 mineros, traerlos de regreso a la tierra.
Y este mismo estado de ánimo fue el que tuvo que estar presente en los mineros dentro del refugio donde se encontraban. La AMBICIÓN es el estado de ánimo que les permitió mantenerse saludables, activos, en movimiento a pesar del espacio reducido. Este mismo estado de ánimo los ayudó a organizarse, tener una rutina y aprovechar los recursos posibles y sus propios recursos. Organizaron tres grupos, les colocaron nombres, hubo líderes. Cada hombre fue reconocido por sus cualidades (uno de los mineros fue apodado “el médico” porque sabía más de primeros auxilios, por ejemplo)
Cada vez que veía salir el Fénix 2 y aparecía un nuevo minero saludable y lleno de emoción abrazando a sus familiares y a las autoridades que los esperaron a todos durante las casi 24 horas que duró el rescate, pensaba en esa palabra y lo poderosa que puede ser: AMBICIÓN. Y me decía: ese es el estado de ánimo que movilizó al país entero para poder lograr esta hazaña. Es este el estado de ánimo en el que se pudieron mover los involucrados en el caso para accionar desde las posibilidades y alcanzar la meta.
Cuando llegó la noche del 13 de octubre y el Presidente de Chile agradeció a todos y dijo que era el tiempo del descanso, se cerró este capítulo de la historia chilena. Y creo que hay un gran aprendizaje dentro de ella.
Las últimas preguntas que quisiera hacer en este escrito son más bien reflexivas: ¿En qué estado de ánimo te encuentras? ¿Lo logras identificar? ¿Quieres estar allí? ¿Hacia dónde deseas moverte? ¿Qué ganas y qué pierdes si te quedas en el estado en el que estás? El tiempo es AHORA. Y seguro que lo puedes hacer.
Autor del texto: Raiza Ramírez
Psicoterapeuta Gestalt y Terapeuta en Constelaciones Familiares
Actualmente cursando la Formación de Coaching en Indelser, Venezuela.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario