Un padre excluido:
los costos para el sistema familiar.
Para esta mujer no existe la figura de su ex esposo. La madre dice que la figura del padre de la niña es el abuelo materno (el padre de la mujer en cuestión). Indica que la niña le dice “papá” al abuelo. El padre de la niña se encuentra completamente excluido del mapa familiar, al menos desde la mirada de la madre.
Más allá de las razones lógicas o técnicas que pueda tener esta madre para evitar el contacto entre su hija y el padre (su ex esposo), al ver un caso de este tipo, lo suelo conectar con lo sistémico y el orden familiar, posibles hipótesis y consecuencias.
A continuación, algunas ideas sobre el tema, desde la mirada de Constelaciones Familiares:
50 y 50 Un hijo está conformado por el 50% que aporta la madre y el 50% que pone el padre. Cada uno colocó una parte para que este nuevo ser pudiera tener la vida. En lo que una madre excluye al padre, es como si le dijera al hijo “Solo el 50% que yo te di, sirve. El otro 50% no es tan bueno”.
Con esta idea, el hijo puede crecer creyendo que hay una mitad de sí mismo que no es tan buena, aunque no sea del todo consciente de ello.
Exclusión y balance En el sistema de la niña hay un excluido obvio: el padre. Y como el sistema no acepta espacios vacíos, la gran pregunta es: “¿De qué manera este sistema encontrará balance?”, es decir, ¿Cómo se completa este espacio?
La teoría sobre Constelaciones Familiares indica que la compensación puede darse a través de la repetición, es decir, que la hija repita el esquema que vive y excluya a algún hombre en su vida futura. Y el balance también puede darse por oposición, por ejemplo, que ella sea la excluida como mujer, bien sea en una pareja o como madre para un futuro hijo. -Es importante aclarar que lo anterior son solo hipótesis del caso y no necesariamente un indicativo de que lo descrito vaya a suceder al pie de la letra-.
¿Quién falta? Por otra parte, esta exclusión del padre de la niña también puede responder a un evento ocurrido en el pasado en el sistema de la madre. Por lo que se indica, la niña llama “papá” a su abuelo materno y si bien es criada por la madre biológica, su figura paterna la conforma su abuelo.
En este caso, cabe la pregunta: ¿Quién falta en ese sistema? ¿Quién no estuvo o se fue? Cabe la hipótesis de un vástago (hija o hijo de este abuelo y hermana o hermano de esta mujer) que murió o que no nació, por ejemplo.
Y que esta madre y su hija, de manera amorosa aunque con un costo algo para la pequeña, estarían completando la figura que da balance a la familia. Esta hipótesis también respondería a la ley sistémica que indica que el sistema no acepta espacios vacíos.
El sistema del padre ¿Y el sistema del padre de la niña? También está involucrado. Al no ser reconocido por la ex esposa y como figura paterna para su hija, puede estar siendo leal a algún miembro de su familia que también haya sido excluido, bien sea una figura paterna, materna o incluso, un hijo o hija que no llegó o que tuvo que partir temprano.
La solución o la resolución.
Cuando se trata de una Constelación Familiar, lo más importante es quién es el cliente. Para quién estamos trabajando. Porque en este caso, sería diferente tratar a la madre que excluye que al padre que es excluido.
Si la madre es la paciente, se buscaría que ella pueda reconocer y darle un lugar a su ex esposo como padre de su hija. Que ella pueda abandonar el sistema de origen con tranquilidad, para poder formar su propio sistema. Y si faltara alguien en su sistema de origen, poder honrar ese destino y darle un lugar, de tal manera que la niña no tenga que ocupar ese espacio. Darle el lugar indicado a su padre, así como al padre de su hija.
Si el padre es el cliente, se buscaría ver en su sistema de origen a quién se conecta él como excluido, para darle un lugar y que él pueda estar un poco más libre para estar con su hija (aunque sea desde el plano emocional) y deje ese lugar de “estar fuera”.
Un hijo es 50% de la madre y 50% del padre. Toma de ambos sistemas y eso lo completa. Si falta alguno de los dos, la sensación del hijo es que le falta la mitad de sí mismo. El costo emocional para una hija con esta historia es alto. Y, sin embargo, a veces los seres humanos somos capaces de hacer lo impensable por nuestro clan familiar. Todo en nombre del amor y de pertenecer.
Autora del texto: Raiza Ramírez
Consteladora Familiar y Gestaltista
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