Cuando trabajaba en Movistar, a veces pensaba en voz alta: "¿Por qué no habré estudiado para vender AVON?
Desde hace tres años esa frase no sale de mi boca.
Probablemente, porque tengo el mejor trabajo del mundo.
Todas mis experiencias laborales, desde 1994 hasta 2005 fueron provechosas y enriquecedoras. Me enseñaron mucho.
Gracias a Dios y a mil factores, todo cambió en el 2003. Y mi camino dio un vuelco maravilloso que valoro y aprecio cada momento.
Lo mejor de mi trabajo es cada día conocer a personas maravillosas que sólo desean tener una vida mejor, hacerlo un poquito diferente y aprender a estar más tranquilos en la vida que les toca.
Compartir una hora con ellos cada semana me enseña tanto, me muestra tanto, que no podría yo compensar con ningún dinero lo que me pasa internamente.
Cada hora de clase, cada sonrisa, cada lágrima incluso, cada persona que entra y sale es una vivencia, una experiencia, un recuerdo.
Y si, tengo el mejor trabajo del mundo. Ya no quiero vender AVON.