Cómo entrenar a tu dragón
"Cuando yo cambio, mi alrededor también lo hace"
Desde hace tiempo ya, las películas infantiles animadas no son tal. Son films para adultos, con temas a reflexionar, historias que dan qué pensar y que además, entretienen.
El caso de la más reciente cinta de Dreamworks, “Cómo domar a un dragón” no es la excepción.
Particularmente me hizo pensar en lo siguiente: “¿Quién soy? ¿Soy quien yo quiero ser o quien los demás esperan que sea?” Y luego, una vez que descubro lo que soy, qué hago con esto: ¿Actúo libremente o me dejo domar por lo que indica el afuera o lo establecido?”
Hiccup es el protagonista. Un niño vikingo, del cual la sociedad vikinga y, especialmente su padre, esperan que actúe de una determinada manera y NUNCA de otra forma. Y él, que obviamente es diferente, tanto por fuera como por dentro.
En un primer momento, solo quiere pertenecer, ser un vikingo más. Matar dragones como hace su padre –líder del pueblo-. Se hace evidente cuando Gobber le dice a Hiccup “Deja de intentar ser algo que no eres”. A lo que el niño responde: “Solo quiero ser uno de ustedes”.
Y para ser uno de ellos, necesita ser como ellos y actuar como ellos. Pero qué pasa cuando descubro que realmente NO quiero ser como los demás, que soy diferente y que mi esencia tiene otro matiz.
Hiccup lo empieza a vivir en su propia piel. En su primer encuentro con el “Rayo nocturno” descubre que ese animal, al que todos le temen tanto, tiene tanto miedo como él mismo. Lo mira y puede verse reflejado en él. Hacen contacto y desde ese encuentro, todo cambia: primero adentro y luego afuera.
Y en estos contactos, es cuando comienzan a caer los paradigmas establecidos. Los Vikingos se habían vinculado con los dragones de una manera determinada, fija, estática. Escribieron libros y guías sobre esta manera ya conocida y que les había permitido subsistir por muchos años. Era “lo correcto”.
Hasta que llega alguien -en este caso un niño-, que prueba algo diferente, prueba hacerlo de otra manera, intenta hacer contacto con estos feroces animales desde otro lugar: conociéndolos y no dando por sentado que vienen a matar y a destruir. Y los cambios no se hacen esperar.
Hiccup va descubriendo quién es verdaderamente. Quién quiere ser y cómo quiere hacerlo, más allá de lo establecido por lo externo y especialmente por su padre. En un primer momento, como en la vida misma, lo difícil parece ser gritar a viva voz su verdad. Sin embargo, cuando es necesario, junta su fuerza y muestra su forma, su manera.
Vale la pena ir al ver la peli, no sólo por lo hermosa, lo bien realizada que está y su música. Vale verla por la historia y por lo que quizá podamos aprender de ella. Para mí se resume en una frase: “Ir descubriendo lo que soy y serlo”, una manera auténtica y genuina de estar en el mundo.
Raiza Ramirez.